Trànsit quiere que los
dos “fitipaldi” que superaron los 210 Km. /h ingresen en prisión
SERGIO
HEREDIA - 11/02/2004
Barcelona
El anunciado endurecimiento de las sanciones contra los conductores temerarios
(una medida que han hecho pública la Conselleria d'Interior y el fiscal jefe de
Catalunya) no es ninguna broma. Los dos conductores “fitipaldi” sorprendidos el
pasado sábado en el lapso de un cuarto de hora, en la C-33, podrían ir a
prisión. El director del Servei Català de Trànsit (SCT), que ayer se reunió con
representantes de los Mossos d'Esquadra para decidir la vía sancionadora que se
adoptará contra ambos “fitipaldi”, confirmó ayer que se les abrirá un proceso
penal.
El radar de la C-33, en dirección a Barcelona y a la altura de la Llagosta,
registró el sábado el paso de ambos conductores a velocidades de vértigo. El
primero de ellos, un vecino de Granollers de 51 años, conducía su BMW de gama
alta a 232 Km./h, uno de los registros más elevados que han recogido los
radares de los Mossos d'Esquadra desde que empezó el 2004; el segundo, que pasó
por el mismo punto apenas un cuarto de hora más tarde –otro vecino de
Granollers, éste de 21 años–, manejaba su Volkswagen Passat a 213 Km./h. Ambos
fueron interceptados por la patrulla y advertidos de la multa: se les procesará
por un exceso de velocidad muy grave.
La diferencia entre la vía administrativa y la penal es considerable. Si se
hubiese recurrido al primer caso, ambos conductores habrían sido acusados de
infractores graves, hubieran visto retirado su carnet por seis meses y tendrían
que pagar una multa de entre 302 y 602 euros. Sin embargo, al abrirse contra
ambos un proceso penal, la dureza de las sanciones se dispara: el fiscal puede
reclamar su ingreso en prisión por entre seis meses y dos años y la suspensión
de su carnet entre uno y seis años (la suspensión, a diferencia de la retirada
de carnet, obliga a examinarse de nuevo).
La Vanguardia 11 de febrero de 2004